viernes, 5 de marzo de 2010
Más advertencias del CADIC sobre riesgos sísmicos
Científicos del CADIC volvieron a alertar sobre el riesgo sísmico en la provincia y el impacto que podría causar en Ushuaia. Aseguran que se conjuga la amenaza de la falla Magallanes-Fagnano con condiciones de vulnerabilidad, que imponen la toma de decisiones. El geólogo Jorge Rabassa había advertido la posibilidad de un alud si se produce un temblor de magnitud.
El Dr. Gustavo González Bonorino, científico del CADIC, reiteró las advertencias que había lanzado ya en oportunidad de la catástrofe en Haití, tras el sismo que mantiene en vilo al vecino país de Chile, por la existencia de la falla Magallanes-Fagnano ubicada apenas a 30 km de Ushuaia.
No es el único especialista en la materia que viene alertando sobre el tema, puesto que pocos días atrás el Dr. Jorge Rabassa, geólogo, se refirió a la posibilidad de un alud si se conjuga un temblor con otros factores climáticos, como las fuertes lluvias y la debilitación de la protección que ofrece el bosque ubicado en las laderas, por efecto del desmonte.
“Sabemos que vamos a tener sismos, pero no sabemos cuándo”, dijo ayer González Bonorino y aclaró que no es la misma falla de Chile, sino que se trata de la falla del Fagnano, ubicada a 30 kilómetros de la capital fueguina.
“La única solución es prepararse”, sentenció.
Instó a trabajar sobre mapas de base para poder definir con mayor precisión cuáles son las zonas más amenazadas. “No cualquier punto del territorio fueguino o chileno está bajo la misma amenaza sísmica. Si tenemos mapas que discriminen las zonas y vulnerabilidades, entonces el plan de contingencia va a poder concentrar esfuerzos en esas zonas más que en otras”, señaló.
Dio cuenta de que el grupo de investigadores del CADIC presentó hace un año el primer mapa provincial de amenazas sísmicas a las autoridades de Gobierno. “El mapa debe ser mejorado pero tenemos el primer esbozo de cómo se distribuye la amenaza de Tierra del Fuego”, sostuvo.
Apuntó que otro mecanismo de prevención es un plan de contingencia en el que debe trabajarse, y que incluye la educación en las escuelas, y el diseño de una cadena de mando que prevea los distintos escenarios.
Recordó que uno de los problemas que tuvo Chile fueron las comunicaciones, por la caída de las antenas con los temblores, por lo que debería trabajarse en un sistema de doble o triple de comunicación.
“No hay que alarmarse, hay que hacer las cosas previas al desastre”, subrayó, expresando que no se puede evitar el sismo ni detenerlo, pero sí disminuir sus efectos con estrategias adecuadas.
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